El próximo 12 de noviembre celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, y lo hacemos bajo el lema de este año: “Orgullosos de nuestra fe”. La fe es algo que recibimos, un regalo de Dios que nos hace por medio de personas y grupos. La Iglesia es la casa común, familia de los hijos de Dios en la que crecemos en la fe.
Ese germen que quiere decirnos que Dios nos ha llamado desde la eternidad a ser sus hijos (cfr. Jn. 1, 12) y por ello hermanos de todos. Y ese ser hijos y hermanos nos implica en anunciar la buena noticia del evangelio y vivirla con cada persona y en cada momento de la vida.
No nos sentimos orgullosos de una fe vacía y vana (cfr.1ª Cor. 15, 14) sino de la fe que viene de Cristo, de su obra salvadora en el mundo, y de la fe que se ha extendido a lo largo de 2000 años por la Iglesia.
Orgullosos de nuestra fe por ser herederos de una tradición de personas y acontecimientos que ha colaborado en hacer del mundo un lugar más humano y más justo. Una fe que pregona y defiende a los más débiles y necesitados. Una fe que no descarta a nadie, en palabras del Papa Francisco, y que quiere que todos los hombres y mujeres vivan en unidad y concordia, trabajando en favor del bien común.
Nuestra fe, la fe de los cristianos es motivo de orgullo no porque nosotros podamos hacer mucho o porque nos creamos un grupo selecto de personas. El orgullo de sentirse cristiano es el orgullo de ser y vivir como “hijos de Dios, pues lo somos” (1ª Jn. 3, 2).
Ser cristiano es mucho más que sentir o adscribirse a un sistema de ideas y valores. Ser cristiano es tener a Cristo en el centro. Hoy con toda la Iglesia Diocesana de Orihuela-Alicante nos sentimos orgullosos de nuestra fe. Que Cristo Jesús sea el centro y la vida de nuestra vida y de nuestra Iglesia. A Él la gloria por los siglos.
+José Ignacio Munilla Aguirre
Obispo de Orihuela- Alicante
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