Manos Unidas se suma a la celebración del Día Internacional de los Voluntarios resaltando el trabajo de las 950 personas que desinteresadamente dedican su tiempo, esfuerzo y conocimientos al trabajo de la Institución en la Diócesis de Orihuela-Alicante. Manos Unidas se constituyó como una organización de voluntarios y esta cualidad sigue siendo, a día de hoy, una de sus principales fortalezas y señas de identidad.
Los voluntarios de Manos Unidas trabajan principalmente en tres ámbitos: la realización de actividades solidarias con el fin de recaudar fondos para proyectos de desarrollo en los países del Sur (más de 1.400 proyectos en 60 países durante 2016); la sensibilización de la sociedad española ante el problema del hambre en el mundo y sus causas; y la participación en el funcionamiento diario de la Organización, lo que incluye responsabilidades técnicas y organizativas a todos los niveles.
En la actualidad, los voluntarios de la Delegación alicantina suponen el 99,99 % de las personas que trabajan en la Organización (solo hay un contratado). La implicación y la energía de los voluntarios, son una de las claves que hacen posible su trabajo.
La apuesta de Manos Unidas por el voluntariado se remonta a sus orígenes, hace casi 60 años, y prueba de ello es que la Organización exige en sus estatutos que los órganos de gobierno estén constituidos por personas voluntarias. Es el caso de la presidenta nacional, Clara Pardo, también voluntaria, que ve en la generosidad de los voluntarios «un ejemplo frente al desánimo o el derrotismo», En palabras de Araceli Cavero, voluntaria en Mano Unidas, es una actividad en la que «no se recibe dinero, prestigio o poder, pero sí la satisfacción de aportar a la construcción de un mundo mejor». Cavero, quien recientemente ha sido galardonada con la Mención Honorífica en los Premios Estatales al Voluntariado, asegura que el voluntariado ofrece la oportunidad de «estar abierta al mundo y conocer personas maravillosas, lo que te enriquece espiritualmente». Y, en palabras del Papa Francisco, «los voluntarios son personas capaces de contrarrestar con su vida el individualismo» en un mundo que necesita «signos concretos de solidaridad».
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