Esta mañana se ha celebrado en la Concatedral de San Nicolás de Alicante la Misa Crismal, una ceremonia presidida por el obispo diocesano, D. Jesús Murgui, en la que ha estado acompañado por los obispos eméritos de esta Diócesis D. Victorio Oliver y D. Rafael Palmero.
En ella se reúnen cada Lunes Santo por la mañana los sacerdotes de la Diócesis de Orihuela-Alicante para renovar sus promesas sacerdotales. También se han dado cita los diáconos y los seminaristas así como gran cantidad de laicos que han dotado de gran tradición y participación a esta celebración religiosa como anticipo a los días centrales de la Semana Santa. Este año han asistido además escolares del colegio de San José de Carolinas de Alicante. Así como los alumnos del Seminario Diocesano.
Precisamente hacia los numerosos sacerdotes que se han congregado en la concatedral para renovar sus promesas ha dedicado buena parte de sus palabras monseñor Murgui animándoles a “vivir para los demás siendo misioneros y atravesando el corazón de las personas y las comunidades lejos de los individualismos y las comodidades”.
“La Misa Crismal es expresión de comunión, de unión y caridad sacramental, expresión de servicio para el pueblo de Dios” ha añadido el obispo diocesano.
Don Jesús ha querido honrar también y dar las gracias a aquellos que cumplen los 25, 50 y 60 años de sacerdocio. Así como a los miembros del ministerio de Orihuela-Alicante que han fallecido en el último año y a los que están enfermos.
BENDICIÓN DE LOS ÓLEOS
Por otro lado esta Misa adquiere un carácter muy especial ya que en ella el Sr. Obispo consagra el Santo Crisma y bendice los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Dichos óleos han sido llevados en procesión solemne hasta el altar en tres ánforas para ser bendecidas después por Monseñor Jesús Murgui. Previamente todos los presbíteros congregados han renovado sus promesas sacerdotales reafirmando así su compromiso con Cristo y la Iglesia Universal.
La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados. Con él también son ungidos los obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.
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