El 11 de febrero, festividad de Ntra. Sra. De Lourdes, la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Enfermo, con el tema: Pastoral de la Salud y ecología integral, y con el lema: “Salud para ti, salud para tu casa”.
La Encíclica Laudato si del Papa Francisco ya nos cuestiona nuestro comportamiento ante la creación, la naturaleza misma y ante el ser humano en sí, cúspide de la creación. ¿En qué medida el hombre es dueño absoluto de todo? ¿Tiene límites la obra del hombre? Podemos encontrar respuestas según comportamientos y según responsabilidades. Un comportamiento que puede estar a favor de la vida, o, por otra parte, presentarse como un manipulador de la vida en favor de ciertas ideologías que representan otros intereses, en donde la economía es lo más importante, no la persona, esta denuncia ya la hace el Papa. Este comportamiento provoca y causa contaminación en los recursos naturales que perjudican al ser humano. Pero este uso de los intereses económicos y de las mismas personas, también provoca otra contaminación, una contaminación ideológica de la que muchos somos o podemos ser víctimas, y no menos peligrosa para el ser humano. ¡que limpia es na naturaleza en sí misma! Y como ella por sí sola, por los cataclismos, vientos y aguas, se purifica y vuelve a crear las condiciones nuevas de regenerarse y revitalizarse con seres nuevos vivos. Lástima que al margen quedan por limpiarse y purificarse las falaces ideologías que manipulan y degradan al ser humano, peor cuando éste intenta imponerse por la violencia o las guerras.
Por lo que Laudato si también nos llama a la responsabilidad. Una responsabilidad como capacidad de respuesta al otro ante su propio comportamiento. Somos seres en relación, y esa relación debe de ser desde el respeto, es decir, relación saludable de una manera integral. Las palabras del Papa Francisco nos reclaman una renovación de nuestra pastoral (EG), también de la Pastoral de la Salud, que superando un comportamiento de quejas (pastoral dolorista), anuncios de mal agoreros, se plantee en positivo la prevención de la enfermedad y la promoción de la vida.
En un mundo en donde prima lo material y económico, con afán desmedido de agotar todos los recursos naturales, la persona queda recluida a lo que menos importa, ni siquiera para pensar en las generaciones futuras, total: “yo ya no voy a estar”, ese sería el resultado de la mente más egoísta que se pueda imaginar. Una degradación personal tan grande solo puede producir más degradación, incluso a la misma idea del ser humano. Todo lo contrario al pasaje de la Creación. En positivo, tenemos a María. La obra del Poderoso la siente como asombrosa, ahí está su asombro, y nos lo cuenta en el Magnificat. A ello hace referencia el Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo 2017. María, en su advocación de Ntra. Sra. de Lourdes, nos invita a no perder esa capacidad humana, limpia, casi genuinamente de niños, de asombrarnos por las obras de Dios, de la Creación, y de la Redención. Obra de Dios que tiene como centro al hombre. Creación para el hombre y Redención para el hombre, la persona. Un hombre que tiene a Dios como origen y como fin. Y el Papa se detiene ante el asombro de la misma Bernadette, que se siente mirada por la Virgen María, la Señora, dirá ella, “como una persona mira a otra persona”. No se siente mirada como algo inútil, pobre o enferma. Y tampoco quiere decir todo lo contrario, desde un instrumento útil, rico o fuerte, sino como persona, desde su gratuidad y su ser hijo de Dios. María nos enseña a mirar a nuestros hermanos con respeto, con humanidad y como consuelo, pero no como lástima. Para ella somos demasiado importantes, obra del Poderoso, como para tenernos lástima. María se acerca a nuestra fragilidad y debilidad y nos enseña a hacerlo con amor, porque uno puede ser frágil y débil, pero eso no hace que se pierda su dignidad de hijo. Así se siente María mirada por Dios y así nos enseña a mirar a nuestros hermanos, no fijándonos en un solo aspecto, sino integralmente, cuerpo, mente y corazón, alma y espíritu; todo o algo puede estar dañado, pero hay algo que nunca se pierde, y no por mérito nuestro, pero si hay algo que nunca se pierde es nuestra dignidad de hijos, y no por nosotros, como digo, sino por Él, porque Él siempre es fiel. Y en Él está y vuelve a estar la raíz de nuestra regeneración, salud, porque Él siempre es fiel.
Vedasto José Gimeno Soler,
Párroco de la Santa Cruz de Petrer.
TODA LA INFORMACIÓN DE LA CAMPAÑA DEL ENFERMO 2017 SE PUEDE CONSULTAR Y DESCARGAR EN LA SECCIÓN DE DOCUMENTOS DE: https://archivo.diocesisoa.org/pastoral-de-la-salud/
CARTA DEL SR OBISPO JESÚS MURGUI PARA LA JORNADA DEL ENFERMO 2017:
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