La guerra en Ucrania está teniendo efectos devastadores dentro y fuera del país. Tras un año de conflicto, más de ocho millones de personas se han visto obligadas a abandonar Ucrania, mientras que otros siete millones son desplazados internos.
La invasión rusa está contribuyendo además a una crisis económica y humanitaria mundial sin precedentes en nuestra historia reciente. La dramática escalada de la inseguridad alimentaria y el aumento vertiginoso de los precios de productos esenciales están afectando sobre todo a poblaciones de crisis olvidadas, como las del Cuerno de África y el Sahel.
Ante el enorme sufrimiento global causado por este conflicto bélico, Cáritas se suma al constante llamamiento de paz impulsado por el Papa Francisco y Cáritas Internationalis desde el inicio de la guerra.
Con el objetivo de responder a una de las peores emergencias humanitarias y la mayor crisis actual de desplazados en el mundo, Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante ha logrado movilizar 278.175,97 euros. Estos fondos han sido canalizados a través de los mecanismos de solicitud de ayuda de las Cáritas nacionales afectadas por la guerra y coordinados por el comité de emergencia de Caritas Internationalis.
Respuesta de Cáritas Diocesana
El trabajo en red ha permitido durante este último año atender a las personas tanto en origen, en tránsito como en su destino final. La acción de Cáritas Diocesana para acoger y acompañar a las personas y familias procedentes de Ucrania también ha sido una parte sustancial de nuestra respuesta a la emergencia. Hasta la fecha, Cáritas de Orihuela-Alicante ha acompañado a 2.769 refugiados de manera directa, principalmente familias compuestas por mujeres con niños o con personas mayores a su cargo.
Entre las ayudas que se han prestado la mayoría han estado relacionadas con alimentación, vestido y vivienda. Respecto a la vivienda se han centrado en ayuda al alquiler, apoyo en la compra de electrodomésticos y enseres, acondicionamiento de las viviendas y acogida en recursos y viviendas propias de Cáritas o cedidas ante la emergencia.
Otro aspecto en los que se ha dado respuesta ante las necesidades de las familias refugiadas ucranianas ha sido en el aprendizaje del idioma y actuaciones relacionadas con la orientación, formación para el empleo, diseño de plan de inserción laboral o talleres de formación prelaboral.
Para Cáritas Diocesana ha sido fundamental la coordinación y el trabajo conjunto con asociaciones y organizaciones ucranianas presentes en la provincia de Alicante ya que ha posibilitado la rápida y efectiva respuesta antes las emergencias de las familias refugiadas.
En Ucrania y en la frontera
Las Cáritas de los países vecinos – como Polonia, Bulgaria, Rumanía, Moldavia, Eslovaquia y Hungría- también han participado activamente en la acogida y ayuda a los millones de refugiados que han dejado el país. Se estima que más de la mitad -3,5 millones de personas- permanecen en los países de frontera.
A lo largo de este primer año de contienda, las Cáritas de los países limítrofes han ido adaptando su actividad a la evolución de la situación. Entre marzo y el verano se centraron sobre todo en la primera acogida y atención a la oleada de refugiados. Sin embargo, a partir del verano, el flujo de personas desplazadas se ha estabilizado, por lo que han optado por desarrollar programas centrados en la integración y en la atención a medio plazo.
Desde que empezó el conflicto Cáritas ha respondido a la emergencia:
- 408 personas han recibido alojamiento.
- Distribuidas 3.714.136 kits de comida y kits de enseres básicos.
- Prestados 192.984 servicios de atención sanitaria y apoyo psicosocial.
- 713 personas han recibido servicios de protección (traducción, apoyo en trámites legales e integración social).
- 537.639 personas han recibido servicios para garantizar el consumo de agua y el saneamiento personales.
- 594 personas han recibido dinero en metálico o a través de cupones para comprar artículos necesarios en los supermercados.
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