Un hombre de 36 años ha resultado herido este viernes con politraumatismo tras sufrir un accidente laboral en una pedanía de Orihuela. Los hechos han ocurrido mientras realizaba labores de mantenimiento en una empresa se caía desde el tejado, a unos siete metros de altura del suelo.
Las estadísticas nos alertan de que durante el primer semestre del año se ha producido un incremento de los accidentes laborales respecto al año anterior. Mientras que, en el primer semestre de 2020, se produjeron 219.522 accidentes laborales con baja, durante el mismo periodo de este año se contabilizan 262.355 personas con baja a causa de un accidente en el trabajo y de ellas 334 resultaron mortales.
Una historia trágica que no cesa.
Este jueves fallecía, en accidente laboral, un trabajador agrícola de 78 años en Guardamar del Segura. El trabajador agrícola había sido atrapado en un motocultor. Y el miércoles, en Elche, fallecía mientras trabajaba otra persona de 51 años. El accidente laboral ocurrido en una fábrica ubicada en el Parque Agroalimentario ‘La Alcudia’. La víctima se precipitó al vacío desde el tejado de una empresa.
En la provincia, durante el primer semestre de este año se han producido 8.229 accidentes laborales de los que 6 han sido mortales.
¡El trabajo es para la vida: ni un muerto más!
Los trabajadores y las trabajadoras tenemos la responsabilidad de velar por nuestra seguridad, cumpliendo las normas de prevención de riesgos laborales y reivindicando junto a nuestros compañeros que las empresas garanticen el cumplimiento de la ley en esta materia. Pero creemos que el problema de los accidentes laborales no es sólo responsabilidad de los implicados en el ámbito laboral, sino que es una realidad que exige el compromiso de toda la sociedad (administraciones, empresarios, trabajadores, sindicatos, partidos políticos, asociaciones…) ya que es un problema social y político.
Desde el Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo queremos recordar a los trabajadores fallecidos y mostrar nuestra solidaridad con los trabajadores víctimas de los accidentes laborales, sus familiares y compañeros de trabajo. Además, nos unimos a las organizaciones sindicales en sus justas reivindicaciones al reclamar medidas en las empresas y centros de trabajo, que eviten, de una vez por todas, que los trabajadores y trabajadoras pierdan su salud y su vida en el intento por ganarse el sustento para su vida y la de sus familias.
Para nosotros como cristianos y cristianas y para toda la Iglesia Católica, como se afirma en multitud de textos de la Doctrina Social de la Iglesia es un deber “recordar siempre la dignidad y los derechos de los trabajadores, denunciar las situaciones en las que se violan dichos derechos, y contribuir a orientar los cambios sociales para que se realice un auténtico progreso de la ’persona’ y la sociedad” (Laborem exercens, 1). No hemos de olvidar que el verdadero valor del trabajo, no está en su rentabilidad económica, sino en la persona que lo realiza. Dios quiere que el trabajo sea para la vida, y no al contrario.
Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo
Diócesis de Orihuela-Alicante
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