La segunda fase del Congreso Diocesano de Educación “En el camino de una alianza: Ciencia y Fe” de la Diócesis de Orihuela-Alicante acogió el sábado la jornada de clausura tras tres días de debate y reflexión sobre la Aplicabilidad del pensamiento cristiano a los itinerarios educativos, una sesión que estuvo presidida por el obispo diocesano, Jesús Murgui Soriano, en el Colegio Diocesano Santo Domingo.

Monseñor Jesús Murgui Soriano, durante su intervención, resaltó este encuentro diocesano como “el mayor acto conmemorativo de los 450 años de la Bula de Erección Canónica de la Universidad Pontificia de Orihuela” y recordó que el mismo ha contado con dos partes; una más institucional, con los grandes referentes doctrinales e históricos; y otra, más aplicativa y experiencial.

En su discurso de clausura, el obispo diocesano incidió en que “el congreso ha buscado la sintonía con el pensamiento educativo de la Iglesia en la actualidad” y, en este sentido, subrayó que “ante los enormes desafíos de la cultura actual, y, el escenario de crisis global que vivimos, es necesario promover una educación que recupere la fe en la verdad y en los valores”.

Como principales conclusiones, señaló la importancia de “una educación en clave humanizadora, donde la persona esté en el centro y se oriente hacia un humanismo solidario y fraterno”. Asimismo recalcó que la apuesta por la educación integral del hombre se realiza en el aula “como lugar de la síntesis entre la fe y la cultura asimilada críticamente”.

Además, tanto el Obispo como los ponentes invitados de estas jornadas, coincidieron en considerar como uno de los puntos clave para la renovación de los itinerarios educativos el papel de los docentes y su vocación para llevar adelante el proyecto educativo de la Escuela Católica.

Para finalizar el congreso, esta última jornada comenzó con una misa presidida por Monseñor Jesús Murgui y los obispos eméritos Victorio Oliver y Rafael Palmero, acompañados de más de una veintena de sacerdotes de toda la Diócesis.

TRES DÍAS DE DEBATE Y REFLEXIÓN

Durante tres días, destacado expertos en el ámbito de la educación se han dado cita en esta segunda parte del Congreso Diocesano de Educación. Un encuentro que comenzó el viernes por la tarde con las intervenciones del profesor Doctor en Filosofía y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, José María Barrio, quien ofreció la conferencia inaugural, en la que hizo hincapié en la “crisis cultural en Europa” y las dificultades para “educar en un ambiente deseducativo”. Y del sacerdote de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor de Filosofía, Agustín Sánchez, con “El humanismo cristiano en educación: identidad y configuración”, quien centró su mensaje en que “hoy la Iglesia propone un salto cualitativo en educacióny “se impone en educación repensar y actualizar la intencionalidad de la docencia, que lleve a un humanismo más pleno, que promueva un concepto más amplio de ser humano.

 El viernes, 14 de febrero, abrió el turno de ponencias el psicólogo Roberto Aguado, con ‘La mirada como modelo de relación’. A continuación, el director de Marketing de ESIC, Jaime Picher, intervino para hablar de ‘El porqué del Marketing en los Colegios Católicos. Una cuestión de vocación y servicio’.

Por la tarde, a partir de las 16 horas, fue el turno para la experiencia de Pedro Luis Pérez, Doctor en Teología de la Universidad Gregoriana de Roma, y del Colegio Diocesano de Santo Domingo, sobre ‘Docentes que enseñan a unir la razón y la fe: el itinerario académico del aula como pastoral educativa’. Le siguió la conferencia de la misionera responsable de ‘Nazaret Colegios Innovadores’, María del Mar Sánchez Izuel, sobre ‘Liderazgo transformacional en un mundo líquido’.

Asimismo tuvieron lugar tres presentaciones clave para la jornada: el Sello de Calidad de las Escuelas Católicas y los proyectos ‘Vein21uno’ y ‘GodlyPlay’.

El colofón a esa jornada del viernes fue la presentación del libroguía del Colegio Diocesano de Santo Domingo, escrito por el director del Museo Diocesano de Arte Sacro, José Antonio Martínez García, y el posterior descubrimiento de la placa dedicada a la conmemoración del 450 aniversario de la Universidad Pontificia de Orihuela.